CONTROL DE ESFÍNTERES
1. No
existe un consenso que nos diga la edad exacta en que
los niños deban controlar sus esfínteres. Es preciso entender que cada niño es
diferente y llevará a cabo este proceso cuando esté listo. Ellos nos darán
avisos, así que debemos ser pacientes y esperar las señales.
2. Los
niñ@s necesitan alcanzar cierta madurez neurológica y motora para controlar sus
esfínteres. Es decir, deben sentirse incómodos cuando estén mojados y ser
capaces de expresarlo. También es importante que logren colocarse en la
posición adecuada para hacer del baño y que tengan la habilidad de subir y
bajarse sus pantaloncitos. Antes de que esto suceda no podemos esperar que los
pequeños controlen sus esfínteres.
3. Es
recomendable que sea entre los 21 y 36 meses, ya que a esa edad los
niños tienen todas las capacidades madurativas desarrolladas para realizar esta
actividad.
4. Es muy
común que las niñas logren primero ir al baño solas. Tómalo en
cuenta cuando tengas más de un hijo.
5. Debido a
que puede darles un poco de miedo utilizar el baño normal, es favorable
utilizar uno de su propio tamaño, con ilustraciones de sus personajes
favoritos o colores llamativos. También puedes motivarlos con ropita interior
de su agrado.
6. Hay que
llevar una coordinación con la Escuela Infantil para que resulte más fácil y
rápido quitarle el pañal, seguir la mismas pautas .
7. No
es recomendable despertarlos en las noches. Generalmente es después de
comer cuando hacen las deposiciones y cada una o dos horas hacen pipí.
Esta frecuencia se debe ir alargando cada par de semanas.
8. No
se recomienda dar grandes elogios o recompensas cuando los niños
logren orinar o defecar en el baño. Debemos pensar que controlar los esfínteres
es un evento natural como caminar o comer. Los niñ@s deben comprender esto para
que cuando fallen no sientan rechazo por parte de sus padres.
9. Si
ocurriera algún accidente es importante que no los regañemos, el
niño o niña debe sentirse en un ambiente de confianza en el que se le recuerde
que no es nada malo y que la próxima vez será mejor. Tampoco debemos
compararlos con otros niños, incluyendo a sus hermanos. Esto sólo traerá
efectos negativos.
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